En la sociedad actual, el autocuidado es un concepto que muchas veces relegamos a los pocos momentos libres que nos quedan, normalmente cuando el estrés nos consume y ya estamos al borde del agotamiento. Vivimos en una cultura donde la productividad y el cumplimiento de las expectativas externas parecen ser lo más importante, mientras que nuestras propias necesidades emocionales y físicas pasan a un segundo plano. Este fenómeno es aún más evidente en el caso de las mujeres, quienes a menudo sienten que su valor está en el servicio y cuidado de las demás personas. Sin embargo, aprender a poner límites, tanto con las demás personas como con nosotras mismas, es crucial para mantener una vida equilibrada y saludable.
La necesidad de aprender a poner límites con otras personas
En un mundo donde se espera que estemos disponibles todo el tiempo, aprender a decir «no» puede ser un verdadero reto. Sin embargo, establecer límites claros con las demás personas es esencial para proteger nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra paz mental. Muchas veces, el miedo al rechazo o a no cumplir con las expectativas ajenas nos lleva a sobrecargarnos, tanto emocional como físicamente. Pero es importante recordar que los límites no son un acto egoísta, sino un acto de respeto hacia nosotras mismas y hacia los demás. Cuando no sabemos poner fronteras, las relaciones pueden volverse tóxicas y, en lugar de ser una fuente de apoyo, nos terminan drenando.
Aprender a establecer límites con los demás, ya sea en el trabajo, en la familia o en amistades, nos ayuda a tener una mejor calidad de vida. Decir «no» de forma asertiva, sin culpa, es una forma de cuidar de nosotras mismas y asegurarnos de que nuestras necesidades también sean tomadas en cuenta.
Los límites con nosotras mismas: Reconocer cuándo necesitamos descanso
El autocuidado no solo implica cómo nos relacionamos con las demás personas, sino también cómo nos tratamos a nosotras mismas. En una sociedad que valora la productividad y el rendimiento, es fácil caer en la trampa de pensar que nunca es suficiente, que siempre hay algo más que debemos hacer. Nos exigimos constantemente cumplir con metas y expectativas, y esto puede llevarnos a ignorar nuestras propias señales de agotamiento.
Poner límites con nosotras mismas significa reconocer cuándo necesitamos parar. Significa aceptar que no siempre podemos ser perfectas, que no siempre podemos hacerlo todo y que, de vez en cuando, necesitamos tomar una pausa para recargar nuestras energías. Ignorar nuestras propias necesidades emocionales y físicas solo nos lleva al agotamiento, al estrés crónico y, finalmente, a una disminución en nuestra calidad de vida.
Durante las últimas semanas hemos estado reunidas en Círculo de Mujeres con el objetivo de compartir y ver cómo funcionamos cada una con el autocuidado y la gestión de las emociones. Hemos visto que aún nos cuesta mucho ver los límites que necesitamos ponernos para no llevar al final del día sin energía y sin motivación. ¿Cuántas veces nos sentimos culpables por priorizarnos al menos unos minutos a la semana? ¿Cuánto se espera de nosotras en una sociedad que no valora ni ve los cuidados como algo esencial pero que, en realidad, depende totalmente de ellos?
Cada una ha ido viendo lo que necesita, cómo actúa y qué quiere/puede cambiar. Ha sido un viaje precioso y potente, donde hemos puesto toda nuestra verdad en el centro, acompañadas de todas las compañeras de Círculo.
Un placer de escucha, compartir y autocuidado.
Gracias.